4 años desde nuestras Viviendas de Transición
El pasado 3 de noviembre, Fundación Sentido celebró el cuarto aniversario de la apertura de las primeras Viviendas de Transición, el cual fue lanzado con un innovador Programa de Acompañamiento a la Vida Interdependiente, pionero en Chile.
Fundada el 2012, la organización se propuso la misión de preparar para la vida interdependiente a jóvenes que han crecido en hogares de protección, brindándoles un acompañamiento psicoafectivo en esta transición, para que puedan estudiar, desarrollarse y vivir una inserción social estable y saludable. Es por esto que, en sus primeros años, Sentido centró su enfoque en la preparación previa a la salida de hogares por mayoría de edad, mediante la implementación de talleres en diversos oficios, como gastronomía y peluquería.
Esta iniciativa se trabajó principalmente en el Cread Pudahuel, que en ese momento era el hogar de protección más grande de la Región Metropolitana, albergando entre 100 y 120 niños, niñas y jóvenes de entre 12 y 18 años, todos separados de sus cuidadores debido a la vulneración de sus derechos.
Pero, hacia el año 2018, ya era evidente la verdadera necesidad de los jóvenes: una respuesta sólida y efectiva para el momento de su egreso de los hogares de protección.
De modo que los esfuerzos se concentraron en proporcionar una solución integral que incluyera viviendas de transición para todas y todos aquellos que, al cumplir 18 años, debían dejar sus actuales residencias, quedando en su mayoría, obligados a volver al lugar donde fueron vulnerados, o a sobrevivir en situación de calle.
El año 2020 se logró abrir las primeras Viviendas de Transición, dos casas compartidas que ofrecen un espacio a seis jóvenes en cada una, donde reciben acompañamiento psicoafectivo constante y se cubren sus necesidades para que puedan desarrollar sus planes de vida y estudios.
Actualmente se sigue pilotando, aprendiendo y mejorando junto a la voz y participación genuina de las y los jóvenes que forman parte de nuestra comunidad. Hoy contamos con cinco dispositivos: las dos casas compartidas abiertas en 2020, y tres departamentos compartidos, que cuentan con un programa orientado a una mayor autonomía en salud, educación e inserción laboral, donde conviven dos jóvenes por dispositivo y cuentan con un acompañamiento psicoafectivo periódico, pero accesible en todo momento.
